"Creo que ésto tiene que ver con la búsqueda del complemento del alma, la parte del arte. Todos somos diferentes y cada quien la complementa con lo que le gusta. En mi caso, la música.
Tiene su origen cuando era niño, ya que en casa con mis padres todo el tiempo se escuchaba música. Pero no fue hasta que en una ocasión visitamos a mis abuelos maternos, uno de mis tíos escuchaba el disco ‘Dynasty’ de KISS, que por cierto me regaló y aún conservo. En ese momento cambió todo: me encontré con el rock y de solo escuchar la música, surgió en mi la inquietud por ejecutarla.
Fue entonces que la escoba se convirtió en guitarra y el trapeador en micrófono. Hoy, al paso del tiempo, son una realidad".
Escrita por Carlos Sánchez.